Islandia celebra durante estas fechas del mes de febrero su tradicional festividad del final del inviero: el Thorrablót. De esta manera, los vikingos rememoran lo que comían sus ancestros cuando en la isla no existían ni neveras, ni otra manera de conservar los alimentos que no fuera a partir de secarlos, ahumarlos o conservarlos en suero lácteo.
Las delicias del paladar que se pueden saborear durante estas fechas son, entre otras, la cabeza de cordero ahumada, el tiburón podrido, los testículos de cordero en suero lácteo...y desde luego, otros menos difíciles de ingerir como el pescado seco o la carne ahumada de cordero (producto que se come también durante las navidades).
Aunque no lo parezca, a tenor de lo dicho con anterioridad, el recetario de cocina islandés está viviendo una segunda juventud. Hay muchos restaurantes en el centro de la ciudad de Reykjavík que ofrecen a su público una gran variedad de platos en los que usan la materia prima de Islandia de forma muy novedosa y original. Eso sí, los precios van acorde con el país, y la originalidad tiene un precio, e Islandia es un país por lo general, caro. Para los amantes de los placeres sencillos en la gastronomía, siempre nos quedará el hotdog de cordero del puerto de Reykjavík, o el bocadillo de cordero que podemos encontrar en cualquiera de los locales de comida rápida del centro de Reykjavík. Y de poste, aunque parezca mentira, lo mejor es comerse un helado en Islandia.
Las delicias del paladar que se pueden saborear durante estas fechas son, entre otras, la cabeza de cordero ahumada, el tiburón podrido, los testículos de cordero en suero lácteo...y desde luego, otros menos difíciles de ingerir como el pescado seco o la carne ahumada de cordero (producto que se come también durante las navidades).
Aunque no lo parezca, a tenor de lo dicho con anterioridad, el recetario de cocina islandés está viviendo una segunda juventud. Hay muchos restaurantes en el centro de la ciudad de Reykjavík que ofrecen a su público una gran variedad de platos en los que usan la materia prima de Islandia de forma muy novedosa y original. Eso sí, los precios van acorde con el país, y la originalidad tiene un precio, e Islandia es un país por lo general, caro. Para los amantes de los placeres sencillos en la gastronomía, siempre nos quedará el hotdog de cordero del puerto de Reykjavík, o el bocadillo de cordero que podemos encontrar en cualquiera de los locales de comida rápida del centro de Reykjavík. Y de poste, aunque parezca mentira, lo mejor es comerse un helado en Islandia.
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