La hija de Halldór Laxness, Guðný Halldórsdóttir, ha denunciado a los medios de comunicación que la casa-museo de su padre Gljúfrasteinn (situada en Mossfellsbær), huele a porquería. Los encargados del museo no saben qué explicación dar a los visitantes que se quejan del mal olor. El Ayuntamiento de Mossfellsbær está canalizando los bajantes de aguas grises de la zona. La previsión fue que las obras no duraran tanto, pero al parecer la cosa se ha alargado y ha hecho que los vecinos de Mossfellsbær deban convivir con el olor de porquería de los bajantes.
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